El Encuentro Profesional del Porcino Ibérico inaugura las jornadas profesionales abordando los próximos cambios normativos y los desafíos del sector

El apartado profesional de Salamaq 2019 se inició con la celebración del Encuentro Profesional del Porcino Ibérico, centrado en esta ocasión en analizar la realidad del sector frente a las polémicas ambientales, “un tema controvertido pero que toca afrontar”, destacó Fernando Fernández, de piensos Nanta, empresa organizadora de la actividad. Según demostró con datos “los avances de producción han logrado poner proteínas de calidad y de alta seguridad en el plato de millones de personas”. En esa línea, y analizando la evolución histórica en el consumo, destacó que “sin la tecnología, habríamos muerto de hambre o habríamos terminado con el planeta debido al aumento de producción”.

Más pesimista se mostró el técnico de Área del Servicio de Prevención Animal y Cambio Climático de la Junta de Castilla y León, José Guirao, quien se centró en la mala utilización que en ocasiones se hace de los purines. Guirao repasó la normativa, apeló a la responsabilidad de los ganaderos y advirtió del celo de las administraciones hacia su cumplimiento. A ese respecto, el segundo de los ponentes de la jornada, el jefe de Servicio de Trazabilidad e Higiene Ganadera de la Junta de Castilla y León, Santiago de Castro, destacó que desde el año 2000 hasta la actualidad “ha cambiado mucho la legislación y el sector ha avanzado muchísimo por lo que es necesario adaptarlo a la realidad”. Entre las novedades, incluidas en el proyecto de Real Decreto europeo sobre sanidad animal, destacó el sistema integral de explotaciones porcinas que incorpora la figura del veterinario de explotación ocupado de las cuestiones sanitarias. Igualmente, recordó que se apuesta por un uso racional de los medicamentos animales y precisó que la evolución de la norma implica la realización de nuevas mediciones de las explotaciones para establecer las nuevas condiciones de ubicación en pos de la seguridad sanitaria.

Castilla y León cuenta, hoy por hoy, con 4.458 explotaciones de porcino y una cabaña de 4.175.010 animales. Todos ellos están sometidos permanentemente a controles y sus responsables han de estar pendientes de cada actualización normativa “aunque en ocasiones no se especifica del todo bien y se producen confusiones”, explicó el director de la Asociación Nacional de Productores de Ganado Porcino (Anprogapor), Miguel Ángel Higuera, quien elogió el interés del ganadero “que suele reaccionar de forma ágil a los cambios a pesar de que la norma “suele ser más rígida, sobre todo en el capítulo restrictivo”. Respecto al futuro advirtió sobre la presión creciente respecto al enjaulado de animales “sobre lo que todavía no hay nada regulado pero cada vez son más voces las que están poniendo el acento en este aspecto”.

La última de las intervenciones de este Encuentro Profesional del Porcino Ibérico, previa a la celebración de la mesa redonda con todos los participantes, corrió a cargo del jefe de Integración de la zona suroeste de la empresa Inga Food, Manuel Ramos, quien reconoció que el sector “viene de una época buena para los precios, creciendo de una forma sostenible desde 2013, pero vive una incertidumbre a nivel normativo sobre la reglamentación del ibérico, lo que ha provocado un cierto desajuste del mercado”. A juicio de Ramos, han de redoblarse los esfuerzos “para posicionar otra vez el ibérico donde debe estar porque el producto tiene un gran futuro”.

Ramos puso el acento en la sostenibilidad como principal objetivo del sector. “Hay que darle valor, diferenciarlo y dirigirlo a nichos de mercado adaptándose al consumidor, que ha cambiado y reclama algo distinto por lo que se debe adaptar el producto a lo que se reclama de él”, recomendó. Del mismo modo, animó a modernizarse “pues sería un error impedir que el sector se pusiera en contacto con la innovación”, al tiempo que advirtió que también se ha de tener en cuenta que el porcino “es un sector sensible a vaivenes como los provocados por los ciclos económicos, la situación de la España rural o la tendencia hacia dietas bajas en grasa”. Para combatirlos, recomendó salir fuera de nuestras fronteras “como garantía de una evolución y un desarrollo sectorial pues si nos ceñimos a lo mismo de siempre, el mercado se asfixia”. “Sensibilizarnos es una labor de todos y en constante relación con las administraciones”, apostilló en referencia a la gestión de residuos “que se ha de tomar en serio”.