Yolanda González Barbero, del área de asesoramiento de Herbiagro, ha sido la encargada de hablar esta tarde, dentro de las Jornadas Profesionales organizadas por Herbiagro, de la Política Agraria Común (PAC) 2025, de las inspecciones y de la obligatoriedad de realizar el Cuaderno de Explotación Digital para el año 2026.
González ha iniciado su presentación ofreciendo datos muy significativos de la PAC de 2025, como el número de solicitantes, las edades de los solicitantes de la PAC y los importes que recibe cada uno de esos solicitantes. Dentro de este apartado hay que señalar que en 2024 se presentaron en todas las comunidades autónomas 603.047 solicitudes, frente a las 582.692 de 2025, lo que supone una disminución del 3,38 por ciento. En el caso de Castilla y León fueron 63.018 las presentadas en 2024 frente a las 60.757 de 2025, lo que significa una caída del 3,59%, que es algo superior que la media. En lo que se refiere a las hectáreas declaradas, en Castilla y León en 2024 fueron 4.914.153,18 y en 2025 un poco más, 4.922.383,79, lo que supone un incremento del 0,17% cuando a nivel nacional hubo un descenso del 0,49%, ya que en 2024 se declararon 22.174.177,54 y en el año 2025 se bajó a 22.065.086 hectáreas. Si tenemos en cuenta los datos a nivel nacional, tanto el número de hectáreas declaradas en 2025 respecto a 2024 como el número de solicitudes en todas las comunidades han disminuido en 0,49% y 3,38%, respectivamente.
Por otro lado, el número de solicitantes de la PAC ha descendido en un 37,39% en los últimos 15 años (de 2009 a 2024). Por tramos de edad, los menores de 25 años son los únicos que se han incrementado con un 14,43 por ciento, ya que han pasado de 3.362 en 2009 a 3.847 en 2024, lo que supone 485 más. Pero en el caso de personas entre 25 y 40 años, en 2009 hubo 104.311 solicitantes y en 2024 descendió a 43.401 (hubo un descenso del 58,39%); entre 40 y 65 años, en 2009 hubo 432.833 solicitantes, que descendieron un 35,86% en 2024, cuando fueron 277.616. Por último, personas mayores de 65 años solicitantes de la PAC en 2009 fueron 310.074, cifra que descendió a 207.700 en 2024 (el 33,02% menos).
Asimismo, Yolanda González ha mostrado una clasificación de los beneficiarios, explicando que el 10% son personas jurídicas mientras que el 90% son personas físicas, aportando datos de lo que se lleva cada uno de la PAC y lo que producen en alimentos. En cifras generales, las sociedades jurídicas producen el 50% de los alimentos y las personas físicas producen el otro 50 % de los alimentos que consumimos.
Otra de las cuestiones que ha abordado son los importes de la PAC, tanto los importes en siembra directa y en rotación como de los pájaros; así como datos de las superficies de la PAC, indicando cuáles son las superficies que han subido y cuáles las que han bajado; y también ha hablado de los ecorregímenes.
Un aspecto muy importante del que ha hablado en su intervención ha sido el relativo al cuaderno digital que entrará en vigor el 1 de enero de 2026. A partir de esa fecha será obligatorio hacer todas las anotaciones fitosanitarias en el cuaderno digital y el resto de las anotaciones se pueden hacer en papel. Desde el 1 de enero de 2028, para la próxima PAC, será obligatorio realizar todas las anotaciones en el cuaderno digital. También es importante, según ha señalado, que desde 2026 a 2028, con los datos recogidos los años 2026, 2027 y 2028 se calcularán los valores de referencia del riesgo de uso de los productos fitosanitarios por cultivo y comarca; y los valores del riesgo de uso de los productos fitosanitarios de cada explotación por cultivo y se informará al agricultor el 1 de junio de 2028; después el 1 de enero de 2029, las explotaciones cuyo riesgo esté por encima de los valores de referencia tendrán que aplicar una serie de medidas (menor uso, otros métodos de control, etc.).
Por último, ha explicado las inspecciones de la PAC que hay: de condicionalidad, de los que tienen abono orgánico, de los que están en las zonas vulnerables y las inspecciones a las que están sometidas los que siembran remolacha.
DRONES Y AGRICULTURA 4.0
Otra de las ponencias organizada por Herbiagro esta tarde ha corrido a cargo de José Luis Gago de Ibericadron, que ha puesto de manifiesto la utilidad de los drones para el campo, que entran dentro de la Agricultura 4.0, concepto que surgió en 2010 basándose en el desarrollo de las nuevas tecnologías como redes de sensores, instalación de sensores en las máquinas, vehículos autónomos, aeronaves no tripuladas (drones), procesamiento de imágenes satelitales, sistemas de gestión de información basados en la nube, aplicaciones móviles, etc.
Durante su charla, Gago ha explicado algunas de las utilidades de los drones con cámaras multispectrales como para la realización de: cálculos de estrés hídrico, cálculos del vigor de la vegetación, comprobación de posibles zonas a tratar o regar y aumento del porcentaje de producción gracias a que se puede conocer el problema del cultivo antes de que aparezca; pero también para la aplicación de productos fitosanitarios, biocidas y abonos líquidos entre otros, sin necesidad de pisar y dañar la plantación, al no producir roderas. Tampoco compacta el suelo, y eso es muy importante a la hora de que el cultivo crezca de forma eficiente.
Entre otras cuestiones ha explicado los tipos de drones que hay, de uso manual, automático y autónomo; todos plegables, muy residentes y eléctricos, durando las baterías unos 10 minutos, en los que se pueden echar fertilizantes a dos hectaréas, con una aplicación de 20 litros por hectárea. Y también toda la documentación necesaria para poder utilizar un dron y los cursos que hay que realizar.
Entre las ventajas que ha señalado para el uso de los drones en la agricultura están el menor tiempo de aplicación de los fertilizantes o fitosanitarios en parcelas de un tamaño medio que si se utiliza la maquinaria habitual; que el trabajador no está expuesto al producto y que es efectivo al 100%.
MAPEO DE SUELOS
Por último, ha participado en las Jornadas Profesionales de Herbiagro Juan Leyes de AGRAE, con una ponencia que llevaba por título Del dato al ahorro: el servicio de AGRAE con el kig digital, en la que ha explicado que su empresa de dedica al mapeo de suelos para una fertilización eficiente, para un abonado eficiente.
Dicho mapeo se hace a través de dos electroimanes, uno que va suspendido y otro que va arrastrado, uno se llama VERIS y el otro TCM, que van enganchados en un cuadro y miden la conductividad eléctrica aparente del suelo. Esa conductividad eléctrica aparente da la textura, la infiltración y la salinidad del suelo. En base a eso, con una pick-up, “muestreamos en base a esas tres zonas o segmentos, que nos da que los segmentos son zonas de la parcela que se comportan de igual manera. Hacemos un muestreo de ese suelo y lo enviamos a nuestro laboratorio, que está en Burgos, y este laboratorio saca todos los micros y los macronutrientes que tiene el suelo”. Después se saca, mediante imágenes satelitales históricas de cuatro o cinco años, la zona de media, baja y alta producción; y solapan todo para hacer un plan de abonado eficiente. Si los agricultores, además tienen abonador, se pone al GPS del tractor y “va con corte por tramo, lo que hace que consigan un ahorro de hasta un 40 o un 50% de abonado”, y esto favorece al bolsillo del productor, no daña tanto los suelos en sobrefertilización y evita todo el problema que eso supone.
Por otro lado, ha explicado que gracias al kit digital, que es una ayuda que da el Gobierno de hasta 3.000 euros, pueden mapear 100 hectáreas gratis y los agricultores pueden probar porque “ese mapeo le queda para toda la vida”, después la prescripción de abono depende de lo que se quiera sembrar, de las hectáreas que quieran utilizar… Por otro lado, hay que indicar que en base a lo que quieran poner cada año, el suelo sufre extracción, es decir, “nosotros hacemos un abonado para una media ponderada, pero si el suelo extrajo más de lo que nosotros abonamos, en la siguiente campaña se debería abonar un poco más para devolver al suelo lo que la planta tomó”.
La utilización del servicio de mapeo es algo que está en auge ya que cuando AGRAE empezó a mapear los suelos hace siete u ocho años tenía nada más que 7.000 hectáreas y ahora cuenta con cerca de 50.000 hectáreas en toda España, porque es la única empresa que se dedica a ello. Donde más trabajan es en Castilla y León (Segovia y Valladolid sobre todo, y en Salamanca están entrando lentamente) y en Valencia.